Aunque la “trata africana”había sido proscrita en un tratado entre España e Inglaterra desde 1835,las expediciones clandestinas se planeaban desde todos los rincones de Cuba,siendo algunas sorprendidas y otras,lamentablemente, lograban el triste final de separar dolorosamente a hombres de sus familias africanas.Era una especie de aventura combinada con el negocio que esta venta representaba.Desde reductos ocultos del litoral cubano salían embarcaciones rumbo al continente oscuro para regresar con la carga bien pagada;pero los puntos estratégicos eran bien vigilados por cada tenencia de gobierno,excepto la de Sagua La Grande que era una de las más dificiles de controlar debido a lo complicado de su estratégica cayería de cientos de islotes y canales, donde ni los más viejos lobos de mar la terminaban de conocer en su corta existencia.Pero en una ocasión el gobierno local recibió un inesperado informe,algo inusual en la jurisdicción.
Encontrándose en el área de Las Pozas, Don Antonio Beltrán (alias Pepe Beltrán)fue localizado para que se presentara ante un grupo organizado por el teniente gobernador Don Joaquín Fernández Casariego que iba a la cacería de un grupo de negreros que se preparaban para partir hacia Africa.Don Pepe era muy conocido en toda la región como un lobo de mar conocedor de la cayería Sabaneque mejor que nadie y Casariego,que deseaba el plan perfecto,decidió usar sus buenos oficios.
De La Habana había salido el 19 de Abril de 1852 una goleta costera equipada con pertrechos para el bergantín “Brasil” alias “Emperatriz”,que se escondía en un punto de Falcón en Cayo Bahía de Cádiz preparándose con el bergantín “Palmira” alias “Celmiral”,para marchar ambos rumbo a Africa para continuar con la odiada trata negrera que ya iba quedando en el pasado.Con gran dignidad Casariego quería impedir este crimen a toda costa, y preparó una buena expedición para que su plan fuera perfecto y poder atrapar a los delincuentes. Para esto eligió al Teniente de Caballería Don Pedro Pastors y al Teniente de la 2da Compañía de Mérito Don Mariano Marcuello con una tropa de 24 soldados, además del Licenciado José Ignacio Rodríguez como asesor legal, y de esta forma partieron el 27 de Abril de 1852 a bordo del famoso Vapor “Sagua La Grande” que había sido el primero construído en Cuba por los sagüeros “Beronda Hno. y Cía.”.El vapor iba dirigido por el patrón Don José Silva,pero bajo la respetada opinión de Don Pepe,que según expresó despues Casariego:”era de su absoluta confianza para la ejecución de sus operaciones”,a diferencia de Silva que no tenía mucho espíritu de cooperación y que luego declaró que”se le obligó por la fuerza a conducir el barco”.
A las 5 de la tarde de haber zarpado localizaron al bergantín “Emperatriz” y lo abordaron,comprobando que no poseían papeles,ni jefe o capitán alguno,por lo que los 47 hombres allí sorprendidos fueron detenidos y conducidos al vapor,haciéndose cargo Don Pepe Beltrán del bergantín que lo condujo con algunos soldados hasta el ingenio Delta en el río Sagua La Grande.En los Falcones encontraron el otro bergantín sin tripulación.Todo el éxito de la mission se debió a las habilidades de Don Pepe al rodear el cayo por recovecos que el solo conocía.Los prisioneros fueron alojados en la casa del Dr. Alejandro Largargett que estaba el la calle Ribera y Clara Barton ya que la primitiva cárcel no tenía la suficiente capacidad para tantas personas.
Don Joaquín Fernández Casariego demostró una vez más su integridad como gobernante y ser humano, el pueblo le aplaudió aquel gesto de piedad y valentía a la vez, y Don Pepe orgulloso narraba su hazaña por todas las tabernas de la jurisdicción.